PERSONAJES

LA HABANA Y BARCELONA. ESPLENDOR Y RUINAS

María Elena Espinosa, actriz y cantante de La Habana, emigró a Barcelona en 1994, en plena época de los balseros. Vino por una gira y una beca de teatro, actualmente lleva veintiún años en Barcelona. Tiene un hijo catalán de ocho años.

En uno de sus viajes a La Habana se inició a la Santería. Se siente más cubana que nunca.

Vive feliz en una ciudad que se le parece a La Habana. No obstante la nostalgia por su familia y tantas cosas de su tierra le hacen vivir momentos de dolor sobre todo cuando muere alguno de sus seres más queridos, como su padre, que no pudo despedirlo.

Marylín Socarrás, también emigró en época de los balseros, 1994. En pleno periodo especial, cuando Cuba vivía un triste episodio de miseria donde sufrieron precariedad hasta en lo más elemental: comida, medicamentos, etc. Lo describe objetivamente, con cierta emoción, con mucha dignidad. Nunca pronuncia la palabra “hambre”, ni “injusticia”.

Ella aprovechó una gira por España, como directora de coral. No regresó. Se ha establecido en Barcelona y se  siente catalana.

Amparo Parra, llegó en el 2005 casada con un músico catalán que vivió un tiempo allí.

Amparo es gestora cultural y poeta que ha publicado varios libros en La Habana y aquí en Barcelona.

Su idiosincrasia cubana y su origen africano se ponen en evidencia constantemente, sobre todo por el sentido positivo con que afronta las adversidades.

Zenon de Pol es descendiente de familia naviera que hizo fortuna en las Américas y con la trata de esclavos.

Tiene 93 años, él y su familia son de Arenys de Mar, donde tenían astilleros. También construyeron casas en Barcelona.

Es un estudioso del tema y ha publicado varios libros.

Dalmau de Ciurana, 86 años, catalán, es nieto de indianos que hicieron fortuna en Cuba. A su regreso hicieron grandes obras privadas, obras públicas y otras de sociales.

Dalmau de pequeño emigró a Cuba. Aún recuerda con fascinación estos tres años que vivió allí con su madre y sus abuelos.

Greechen Méndez.

La Habana y Copacabana son las ciudades del área occidental más mágicas del mundo. Brujería, santería, adivinos, rituales se conservan vivos con todos sus valores ancestrales y su estética primitiva.

Mantienen vivas estas creencias, personas de nivel cultural universitario como es el caso de Maria Elena o la misteriosa Greechen.

Greechen es santera y adivina, “porqué contacta con los muertos”.

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